Domingo y las chelas esperando por él.
Domingo y Amaya atacados por la incesante cámara de El Primo Mujica ;-)Como debe ser, regresaron los eventos literarios en el bar Zela, un lugar conde se dan cita los escritores, seudoescritores, aspirantes a escritores, poetachos y poetuchos de Lima la horrible. Este punto de encuentro está ubicado en el centro de de la ciudad, en la Plaza San Martín, lugar de fletes, mariquitas y hombres que rentan su cuerpo al mejor postor, un lugar además de paso para los que se sumergen en el jirón Quilca, donde las conversaciones en los bares pueden durar toda la noche si es que los mozos del bar lo permiten.
Esta vez se realizó un recital, organizado por el terco John Martínez, a quien paran cancelando lugares, pero él sigue ahí, buscando nuevos espacios para difundir este tipo de eventos. En la segunda semana de la segunda temporada, se presentaron Wilver Moreno, Erick Sarmiento, César Pineda, Amaya y la vedette de la noche Domingo de Ramos.
El escenario es perfecto, un sótano acogedor de buena música, donde puedes pedir un trago, un piqueo, cigarros y la señal para celular entra sin problemas. Y si buscas algo más que literatura, arriba hay dos ambientes más, y cerca al bar hay hostales baratos con pulgas, sin pulgas y ladillas hambrientas.
La primera mesa, como se dice, estuvo suave. Pero ya no serán los mismos después de que oyeran a Domingo de Ramos, quien con decisión, pasión y cervezas en el organismo leyó sus poemas ante un público que estaba tan atento como si frente al escenario se hubiese estado cometiendo asesinato, o una chica de ‘A sol la barra’ hubiera estado ensayando unos pasos alrededor de un tubo lubricado.
Ojalá que las cosas sigan así por el centro, que haya bulla, que se hallen nuevas voces y por favor a los poetas: más pasión, más imaginación y desfachatez si se puede. Vamos a morirnos y hagamos todo como si nos faltara poco. Aplicando las restricciones del caso, o asumiendo las consecuencias. Hasta la próxima.
